Uno de los mayores anhelos de los padres es tener hijos e hijas capaces de triunfar en la vida, en todos los ámbitos que la constituyen: profesional, económico, social, cultural y espiritual. Es un anhelo encomiable, justo y necesario.

¿Como pueden los padres convertir este singular y escurridizo anhelo en hermosa y satisfactoria realidad? Esta responsabilidad no se realiza automáticamente con el transcurso del tiempo. Los hijos e hijas dejados a su propio arbitrio no se conviene repentinamente en personas que reciben una corona de laurel o una medalla de oro cuando sean mayores de edad. El proceso de dotar a los hijos con los con los recursos físicos, psicológicos, profesionales y espirituales es prolongado. Además, requiere informacióny conocimientos especiales y difíciles de obtener. Por eso muchos padres responsables y deseosos de ayudar a sus hijos no pueden satisfacer su justo anhelo de verlos progresar hasta alcanzar el éxito en sus vidas.